Una casa regionalista en el centro histórico de Baena
Situada en el emblemático inicio de la popular “Calle Llana”, a escasos metros de la Plaza Virrey del Pino y junto a la Plaza Amador de los Ríos, esta singular casa andaluza combina el encanto del casco histórico de Baena con la proximidad a la ciudad moderna y sus servicios.
Conocida popularmente como la “Casa de la señorita Julia”, la vivienda destaca por su imponente fachada principal a la Plaza Amador de los Ríos, junto al monumento al ilustre polígrafo baenense, siendo uno de los edificios civiles más admirados de la localidad.
El inmueble está formado por dos fincas registrales: la vivienda principal y una cochera conectada al patio trasero. La casa fue construida en 1925 bajo proyecto del arquitecto Fernando Callejas, discípulo de Aníbal González, y es un referente de la arquitectura regionalista andaluza, propia de las casas patio de los años 20 y 30.
La vivienda principal se distribuye en cuatro plantas:
La planta baja se organiza en torno a un elegante zaguán de entrada que da paso a un patio central porticado, cubierto por una montera metálica acristalada en cuatro colores. Este espacio, pavimentado en mármol con despiece geométrico en blanco y gris, articula las diferentes estancias de la planta, que cuenta con dos cocinas, diez habitaciones y tres baños. En una de las esquinas del patio se sitúa la escalera principal, realizada en mármol blanco con baranda de bronce y azulejería original de la casa sevillana Mensaque y Rodríguez. También se encuentran en esta planta la escalera de servicio, otra de acceso al sótano y una más que conduce al patio trasero.
La primera planta se distribuye alrededor de la galería que recorre los cuatro lados del patio central. Aquí se ubican diez estancias, cinco baños, un aseo y una cocina adicional. Es la planta más doméstica de la casa, en la que se conservan solerías hidráulicas originales, rejas de forja y carpintería de época. Entre sus elementos más destacados se encuentran la chimenea del salón principal, firmada por Martínez del Cid y fabricada por Mensaque y Rodríguez, y la biblioteca, equipada con una estantería de madera tallada de gran calidad. El cerramiento de la escalera principal, con vidrieras emplomadas, aporta un toque de color y diseño artesanal a la galería.
La segunda planta alberga tres estancias y el acceso a la gran terraza, desde donde se puede contemplar la estructura de la montera que cubre el patio central, así como el paisaje urbano y natural que rodea la vivienda. Desde esta terraza se accede a dos espacios bajo cubierta: un antiguo lavadero con vistas a la campiña y un trastero dividido en dos salas, una de ellas decorada con un retablo cerámico dedicado a San Isidro Labrador.
La planta sótano, parcialmente bajo rasante, cuenta con seis estancias y un aseo. Gracias al desnivel del terreno, todas las salas tienen ventilación natural, ya sea a la calle Herranz Casado o al patio trasero. En esta planta destaca la antigua bodega, con muros originales de piedra y ladrillo sin revestir, techos abovedados y vigas de hierro, así como dos pozos con agua. El sótano conecta directamente con el garaje, que tiene salida a la calle Nicolás Alcalá, facilitando el acceso de vehículos y las tareas de carga y descarga.
Además de la propiedad existe un local comercial adyacente de 80 m² con escaparates a la calle Nicolás Alcalá, ideal para actividades comerciales o profesionales, con entrada independiente y visibilidad directa desde una vía de gran tránsito que se podría adquirir aparte.
